Cuando un familiar padece Alzheimer y la enfermedad llega, nunca estamos preparados para cuidarlo y atenderlo adecuadamente. Supone enfrentarse a un torbellino de sentimientos. Se rompen todos los planes previstos y hay que replantearse la vida de nuevo, tanto a corto como a largo plazo, y nos enfrentamos a un proceso lento y doloroso que afecta directamente a la persona cuidadora, quien día tras día puede verse sobrepasada.
La persona que atiende un familiar a menudo pueden sentirse frustrada, con la sensación de no llegar a todo lo que tiene que hacer. La situación le absorbe de tal manera que muchas veces se ve obligada a dedicar menos tiempo a sus hijos, pareja o amigos, o a dejar de hacer aquellas cosas que le gusta y le proporcionaba bienestar, acusando una gran sensación de falta de libertad. Consecuentemente, uno de los principales riesgos para el bienestar de la persona cuidadora es caer en el aislamiento social.
En el contexto del síndrome del cuidador es frecuente sentir impotencia y rabia, así como sentirse abandonado. Este conjunto de emociones puede desembocar fácilmente en problemas psicológicos y físicos. Tanto es así, que cerca de un 90% de las personas cuidadoras presentan alguna afectación del estado de ánimo, como apatía, irritabilidad, ansiedad o trastornos depresivos. También pueden sufrir dolores musculares o de cabeza, alteraciones del sueño, entre otros.
Es el momento en el que la persona que cuida el familiar llega a lo que se conoce como el síndrome de sobrecarga del cuidador o síndrome del cuidador “quemado”. Este estado implica agotamiento, tanto emocional como físico, resultado de la dedicación de gran parte de su tiempo al cuidado de una persona dependiente.
Si tienes un familiar con Alzheimer y te sientes frustrado/a al tener la sensación de no llegar a todo, impotente, rabioso/a, abandonado/a, etc. puede que estés sufriendo el síndrome del cuidador. Si este es tu caso contacta con Avanza. Nosotros te ayudaremos. El cuidado de una persona con dependencia lo hacemos a través del respeto, la atención y el afecto, y la sensibilidad. Siempre ofreciendo una estabilidad y tranquilidad tanto a la persona cuidada como a su familia.
¡Tómate un respiro, nosotros nos ocupamos de todo!
(Continuará en el siguiente artículo)
Fuente: https://blog.fpmaragall.org/sindrome-del-cuidador-que-es-y-como-prevenirlo